viernes, 13 de junio de 2014

De vuelta a Riglos.



Escalada al Mallo Pisón.

Reseña de la Noche del loro.
Reseña de A0 a vista.



















Ficha técnica
Lugar: Riglos.
Zona: Mallo Pisón.
Vía: Espolón Adamelo + Normal al Pisón.
Dificultad: V+.
Longitud: 320m.
Material: Cintas exprés, friends para proteger los alejes.
Fecha: 10/06/2014.

Riglos desde el pie de vía.

Es Nuria la que me propone ir a Riglos, y probar suerte en el Mallo Pisón, ya que la última y primera vez que estuvimos escalando por la zona, nos quedamos con las ganas de intentarlo. Planeamos el viaje en poco tiempo, comprobamos meteorología y decidimos salir el lunes por la tarde. Salimos de Barcelona pasadas las 17:00 horas , hasta Riglos son unas cuatro horas de viaje. Aprovechamos que vamos con tiempo para cenar en el pueblo de Ayerbe, muy cerca de nuestro destino final. Después de una muy buena cena seguimos nuestro camino hasta el refugio.


La vía que tenemos en mente para acceder a la cima del Pisón es: el Espolón Adamelo y la Normal. El Espolón Adamelo fue escalado por primera vez en 1965, por Ursicinio Abajo y Jesús Ibarzo. Y la Normal del Pisón fue escalada por primera vez el 20 de Abril de 1946, por F. Pieré, J. Panyella y A. Murgía.

Al día siguiente nos levantamos a las 7:00, una ducha refrescante para despertarse. Nos vamos al coche a preparar bártulos, y volvemos al refugio a desayunar, una vez desayunados nos dirigimos hacia nuestro objetivo del día. Primero el Espolón y luego ya decidiremos.

Nuria preparandose para el primer largo.

L1 – V. Es Nuria la que decide hacer este largo de primera y me parece perfecto pues así trabaja el aspecto psicológico, ya que en Riglos los seguros alejan. Un bonito largo que empieza en la placa, un poco más a la izquierda del espolón, dónde se van salvando pequeñas panzas. Nuria se trabaja el largo muy bien tomándose su tiempo y mirándose los pasos cuidadosamente. 45 metros con solo 6 seguros, Nuria esta echa una campeona. La primera reunión está en el filo del espolón justo debajo de la “Panza del Cansao”.

Mi compañera en el L1.

L2 – V+. Es mi turno, y justo encima tengo dos, de los tres pasos complicados de la vía, son dos panzas una seguida de la otra. La primera es la “Panza del Cansao”, el nombre le viene debido al estado que quedan muchos escaladores al intentar superarla, ésta se pasa por la derecha con buenos agarres y justo después la “Panza del Pijo” el nombre le viene de una de las presas, que te agarrabas para superar el paso, tenia la similitud del miembro masculino, en la actualidad esa presa no está. Las dos panzas están bien aseguradas. Hay una reunión al pasar la segunda de las panzas que me salto para seguir hasta la siguiente. Ésta queda en el en la parte izquierda del espolón justo debajo de la “Panza del Cabrón”. Aquí hay una reunión más a la derecha que pertenece a otra vía, justo encima se ven dos parabolts bien cerca uno del otro, esta NO es de la Adamelo. Nuria pasa la Panza del Cansao tirando de un cordino, y la Panza del Pijo con un pedal, creo que hace lo correcto, para no hacer referencia a la primera panza. En este tramo hemos juntado lo que en según reseñas son el L2 y L3, que salen unos 45 metros, 7 seguros más la reunión intermedia, pero nuestras cuerdas no dicen lo mismo.

Las Panzas del Cansao y del Pijo vistas desde la R1.

Nuria recuperando el L2.
Entre la Panza del Cansao y la del Pijo (Foto Nuria).

L3 – V+. Vuelvo a tirar yo de primero, a Nuria no le va esto de las panzas con los seguros lejos y menos yendo de primera. Salgo de la reunión hacia la izquierda, una vez superada la Panza del Cabrón, voy en diagonal hacia la derecha para buscar el filo del espolón y continuar recto hasta llegar a la reunión. Nuria sigue practicando con los pedales para superar la panza, luego su escalada es más fluida y rápida hasta llegar a la reunión. En este punto vamos un poco liados sobre que reseña seguir, llevamos un croquis y una descripción de la vía.

Llegando a la R3.

L4 – V. Es Nuria la que se anima hacer este largo, la pared ha perdido verticalidad y lo que vemos y según reseñas presumiblemente es asumible. Nuria se curra el largo que da gusto, coloca algún seguro flotante por la lejanía de los que están en la pared. Escala tranquila y mirándose cada paso y cada mano que coloca. Cuando llego a la reunión me dice que se ha hecho caquita, que ha pasado algún momento difícil, pero la felicito por lo bien que lo ha hecho, se ha trabajado muy bien el largo.

Nuria lanzada en el L4.

L5 – IV. Un tramo de roca de poca calidad, con alguna suelta, donde voy con cuidado para no tirarle ninguna a Nuria. Un largo que se hace rápido por su baja dificultad. La reunión queda a la derecha del espolón. Justo donde está la sirga para ir a los rapeles de bajada. Cuando mi compañera llega a la reunión hablamos de seguir o retirarnos, ya que es la 13:00 horas, y aun nos queda rapelar y el retorno a Barcelona. La decisión es de subir al Pisón, que para algo hemos venido.

Yo en la R5 (Foto Nuria).

Acabando el Espolón en la R5.

L6 – III. Este tramo es el que nos hace llegar al collado del Pisón. Es un largo donde hay una reunión intermedia, la cual chapo. También aprovecho alguna sabina para encintarla, no vaya a ser que patine en esta piedra suelta y pegue un batacazo. La reunión está a la derecha del collado, aprovecho la de los rapeles de bajada, la cual tengo que compartir con unos franceses que bajan del Pisón. Núria llega rápido a la reunión. Este es un largo de trámite, para llegar hasta el collado. Desde este punto empezamos la vía Normal al Pisón.

En el Collado del Pisón. Detras el Mallo Firé.

L7 – V. Nuria decide que no hará más largos de primera. Así que me toca ponerme las pilas y tirar hacia delante. Había leído que estos largos no eran más difíciles que los duros del Adamelo, pero sí que tenía algún paso curioso. Sobre todo en este primer largo. La escalada de este largo es en diagonal hacia la izquierda, con unos pasos algo extraños, donde tengo que atravesar un par de nichos, en uno de ellos incluso me meto dentro, pasados los nichos y sus respectivas panzas, escalo por una placa, tras superar esta se llega  a la reunión. El problema del largo es para el que va de segundo, no le deja libertad de movimientos. Nuria sube bien, aunque se queja de si ella hubiera ido de primera no lo hubiera hecho. Yo creo que sí que lo hubiera hecho, solo eran pasos de colocarse un poco. La reunión, como todas las anteriores muy cómoda.

El primer largo de la Normal (Foto Nuria).

Nuria recuperando el L7.

L8 – IV+. Penúltimo largo, la salida parece más difícil de lo que realmente es. Salgo hacia la derecha, donde hay un puente de roca echo de alambre, del cual no me fio y coloco un flotante en un buen agujero. Luego un parabolt, justo a la altura de “la Cornisa Edilíca” otro puente de roca, éste bastante mejor. Atravieso la cornisa hacia la izquierda hasta la reunión, coloco otro flotante por si acaso. Nuria sube muy bien, en esta panza no utiliza el pedal, le ha parecido más fácil que las anteriores y el resto le parece fácil.

Nuria en la R7 y Riglos se hace pequeño debajo.

L9 – V+. Último largo de la vía, la salida supera una primera panza fácil, pero con el seguro un poco lejos, por variar dice Nuria, que nos sitúa bajo otra panza algo más complicada, que supero muy a la derecha para luego hacer una diagonal de izquierda. El resto es una rampa con roca descompuesta. La reunión la monto en una sabina. A Nuria la primera panza le parece fácil, pero la segunda se le atraganta demasiado (para su gusto horrible), incluso llega a montar dos pedales para superarla, el resto va como un cohete hacia la cima del Pisón.

Mi compañera llegando a la última reunión.

El descenso es a base de rapeles y son unos cuantos creo que contamos ocho, pero perdimos la cuenta. Para bajar del Pisón nos dirigimos hacia el norte, en busca del cable que va a la instalación del rapel. El Primero lo hacemos hasta el collado del Pisón, con cuerdas de 60 se llega hasta éste. En la reunión del collado montamos el siguiente. Tenemos que seguir por un cable de vida que nos lleva hasta la sirga donde montamos la quinta reunión. Otro rapel más y a seguir continuamos por el cable de vida hasta la siguiente instalación. Fuimos descendiendo poco a poco hasta el suelo. El penúltimo rapel es espectacular, es totalmente volado. El retorno hasta el coche es muy rápido pues el pueblo de Riglos lo tenemos a la vuelta del seto (esquina).

Cima del Mallo Pisón. Entre nosotros el Mallo Firé.

Un viaje relámpago para poder disfrutar de este rincón de Aragón, tranquilo y majestuoso, un lugar que me ha cautivado. Con una compañera inmejorable. Es un placer poder disfrutar de estos momentos contigo. Gracias Nuria, por compartir otra aventura más.


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